martes, 1 de enero de 2013


Para Durand “la utilidad social” es la primera finalidad de la arquitectura.
La “conveniencia” de todo edificio así como la “economía” de la figura del proyecto y su construcción deben estar sujetos a este principio.
La “conveniencia” incluye la estabilidad, higiene, y comodidad, mientras la “economía” reúne la simetría, regularidad y sencillez.
Por tanto, el principio de economía se refiere a la eficiencia del proyecto, a una planificación técnica clara y a los métodos de ejecución.
Este principio implica una reivindicación del arquitecto: debe de tomar en cuenta el conjunto de una imaginaria sociedad igualitaria cuya cohesión solo puede lograrse mediante los beneficios que obtienen entre si los miembros y los productos.

                                         

Para que funcione, Durand elabora un método de proyección totalmente sistematizado que fija una trama cuadrada como base para colocar los muros y los elementos de carga, que pueden combinarse en ordenados ensamblajes, a semejanza de un juego de construcción.
La dimensión del espacio axial fundamental puede variar, pero la trama de base siempre determina el sistema constructivo que puede estar compuesto por muros, arcadas, cuerpos de los edificios, patios interiores….
Durand no profundiza en el aspecto constructivo y técnico de sus proyectos. Lo mas importante para el son ante todo la economía y la racionalidad de los mismos.
Las tradiciones arquitectónicas, los valores expresivos simbólicos o las condiciones del solar ya no juegan ningún papel y no se oponen al objetivo de una “utilidad”, social que hace hincapié en el cumplimiento de una función elemental. Construir grandes edificios públicos, que tengan siempre una rigurosa simetría axial y generalmente estén organizados alrededor de varios patios, es la mejor forma para garantizar la utilidad social de la arquitectura.
Pero, al principio de la formación del arquitecto, el estudio no supera la fase de interminables ejercicios abstractos sobre motivos arquitectónicos básicas como vestíbulos, arcadas, patios y salas. Solo al final del curso estos se desarrollan como tipos de construcción con especificas exigencias funcionales. Estos edificios monumentales requieren una instrumentación, que debe someterse, sin embargo, al criterio de economía.

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